Estudio sobre la actividad de las marcas en las redes sociales

A priori, ¿qué empresa te parecería más dinámica en redes sociales? ¿Movistar o Danone? El ‘Primer estudio de la actividad de las marcas en medios sociales’, elaborado por IAB Spain, asegura que las empresas de alimentación consiguen que los usuarios generen más contenidos en Facebook, Twitter, Youtube, LinkedIn y Tuenti que las de telecomunicaciones. Un dato que, al menos a mí, me ha resultado sorprendente.

Para realizar este informe, que ha analizado las empresas que más invierten en la web 2.0, se han considerado distintas variables que miden la interacción del usuario con la marca:

  • Presencia: define la comunidad y actividad que realiza la marca en los medios sociales.
  • Respuesta: establece la reacción de los usuarios ante la presencia de la marca.
  • Generación: implica la creación de contenidos por parte de los usuarios en los medios sociales donde la marca está presente.
  • Sugerencia: supone una recomendación por parte del usuario a su propia comunidad.

¿Dónde está la media en redes sociales?

Si quieres saber si tus interacciones con la comunidad están o no entre valores normales con respecto a las grandes compañías, el estudio ofrece datos interesantes. Cada firma genera, por ejemplo, un promedio de 145 contenidos mensuales. La comunidad media de las empresas analizadas es de 124.430. Y los internautas recomiendan en 0,18 (por cada 100 usuarios) veces los contenidos que presentan las marcas.

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La creatividad, el zen y el tiro con arco

Imagen de buda tomada por Sanya Obsivac (Stock.xchng)

Imagen de buda tomada por Sanya Obsivac (Stock.xchng)

Escritores, artistas y creativos olvidan en muchas ocasiones que el deseo de ser original y la obsesión por hacer algo que merezca la pena pueden ser el mayor obstáculo al que tiene que enfrentarse la imaginación.

En un libro que ya es un clásico y que se tituló ‘Zen en el arte del tiro con arco’, el filósofo alemán Eugen Herrigel contó en 1953 sus más de seis años de experiencia con uno de los más reconocidos maestros de arquería de Japón. Su objetivo inicial no era aprender este arte milenario, sino entender la esencia del budismo zen, que defiende que el fundamento del ser no puede ser aprehendido por medios intelectivos. «Se lo conoce precisamente no conociéndolo», escribe Herrigel.

La práctica del tiro con arco no es un deporte, no persigue un objetivo, ni siquiera pretende crear belleza. Sólo puede revelarse a los puros de corazón, a los que no persiguen segundas intenciones. Su objetivo último es adiestrar la inteligencia y ponerla en contacto con la realidad esencial. La instrucción se centra en el dominio técnico, pero trata de trascender lo meramente instrumental para lograr un arte sin artificio, que surja directamente del inconsciente.
Llegados al punto del arte sin artificio, de esa creatividad que brota del interior sin barreras ni constricciones, vamos a centrarnos en los aspectos del libro que pueden interesar a los creadores. ¿Qué se necesita para producir algo verdaderamente nuevo y valioso?

Relajación
Muchos de nosotros creemos todavía que el estrés de trabajar bajo presión consigue mejores resultados, que hace falta una fecha límite o un condicionante fuerte para que nos veamos obligados a rebuscar en nuestras cabezas y dar con algo genial. Si bien es cierto que esta tensión nos sirve para ejecutar más rápido una idea, no es tan eficaz cuando se trata de potenciar la imaginación.

«Cualquier momento en que podamos soñar despiertos y relajarnos es útil para el proceso creativo: una ducha, un largo trayecto en coche, una caminata en silencio» (Daniel Goleman)

Practicar técnicas de relajación y meditación, huir de la multitarea y adoptar hábitos sencillos y saludables, como hacer las cosas despacio, pueden tener un impacto inmediato en la creatividad.

Según Herrigel, el relajamiento físico debe ser acompañado por un relajamiento mental y espiritual para conseguir una mente no solo ágil, sino libre.

No perseguir el objetivo
También puede parecer paradójico, pero tener el objetivo en mente nos puede llevar al bloqueo y al autosabotaje. Sacarse de la cabeza la preocupación por acertar es una de las pautas que permite que lo mejor de nosotros mismos pueda fluir.

«El logro depende de que el arquero no se haya fijado ningún fin determinado y de que abstraiga su propia persona de ese logro, la ejecución exterior debe producirse automáticamente, prescindiendo de la inteligencia que reflexiona y gobierna» (E. Herrigel)

Se trata, en definitiva, de hacer sin esfuerzo, de no pensar en lo que se tiene que hacer ni en cómo hacerlo y simplemente ponerse a ello sin expectativas ni metas.

«El verdadero arte carece de propósito –exclamó el maestro-, de fin determinado. Cuanto más obstinadamente trate de aprender a disparar la flecha para acertar el blanco, menos logrará lo primero y más se alejará de lo segundo. Lo que se interpone en su camino es el hecho de que usted posee una voluntad demasiado terca. Usted piensa que lo que no hace por sí mismo simplemente no sucede» (E. Herrigel)

Dominio técnico
El aprendiz de cualquier disciplina tiene que dominar completamente las artes de su oficio porque, para llegar a la genialidad, la técnica tiene que estar tan automatizada que ya ni siquiera note el esfuerzo que supone ejecutarla. Ha de  entrenarse en un proceso por el que es capaz de expresar su inspiración de una forma cada vez más natural, sin que los recursos que usa para expresarla fuercen o encorseten sus ideas.

«La mano que guía el pincel ha aprendido ya y ejecutado lo que flotaba en la mente en el mismo instante en que la mente comenzaba a concebirlo, y, al final, el alumno ya no sabe a cuál de las dos –mente o mano- atribuir la paternidad de lo creado» (E. Herrigel)

«El artista solo consigue la disposición mental requerida cuando la preparación y la creación, la parte técnica y la artística, lo material y lo espiritual, el propósito y el objeto, fluyen armados, consustanciados, sin interrupción» (E. Herrigel)

Dominio técnico, práctica continuada, relajación y perder de vista expectativas y objetivos son las claves que propone este libro para llevar el arte y la creatividad a las más altas cotas. ¿Cuáles son los tuyos?

La paradoja de la elección: cuando demasiadas opciones llevan a la inacción

Tres dados

Internet y las nuevas tecnologías nos seducen en gran medida por el inmenso abanico de opciones y posibilidades que nos abren. Pero, cuando se trata de materializar y concretar, menos es más. Un breve post sobre la paradoja de la elección y su aplicación al marketing, la comunicación, al crowdfunding y al mercado editorial.

Tengo un lector de libros electrónicos en el que caben 1.200 ejemplares. A veces navego para elegir lo que me apetece leer, hago click y lo envío al dispositivo. He acumulado cientos de novelas y ensayos y, sin embargo, no leo más que antes. Otro ejemplo. Recibo cada mañana decenas de newsletters con ofertas de descuentos, viajes, outlets de moda. En ocasiones echo un vistazo a algunas. La mayoría de las veces termino por no comprar nada, aunque muchas de las oportunidades y descuentos que me brindan me parecen atractivos. ¿Por qué sucede esto?

Laberinto

Laberinto, de Svilen Milev, en Stock.x.chng

Un estudio de Eldar Shafir y Donald Redelmeir, citado por Chip y Dan Heath en su libro ‘Made to Stick’, ejemplifica cómo el hecho de tener que elegir entre varias opciones, lejos de abrirnos puertas y de ayudarnos a decirnos por algo, nos lleva a la parálisis. Shafir y Redelmeir escogieron un grupo de estudiantes universitarios y les dieron a escoger entre las siguientes actividades para pasar la tarde. La primera, asistir a una conferencia de un autor al que admiraban y que venía de visita a la ciudad sólo ese día: una oportunidad única. La segunda, ir a la biblioteca y estudiar. Tan solo el 21 por ciento optó por hincar los codos, como cabe esperar ante la tentadora contraoferta de la ocasión excepcional de conocer a un autor admirado.

A más alternativas, más confusión
Como parte de esta investigación, se ofreció a otro grupo de estudiantes las dos posibilidades anteriores, junto con la opción de disfrutar de una película extranjera que siempre habían deseado ver. Y, curiosamente, nada menos que el 40 por ciento prefirió quedarse estudiando. Paradójicamente, ofrecer a un grupo de universitarios dos buenas alternativas a empollar una tarde entera hizo más improbable que se decantaran por alguna de las dos.

Elegir produce ansiedad
De forma casi automática y sin pararnos demasiado a pensar en ello, tendemos a creer que si ofrecemos un paquete completísimo de opciones acertaremos con alguna de ellas. Un buen ejemplo de ello es un mercado editorial saturado: Aunque las ventas de libros no dejan de caer, se sigue comercializando un número excesivo de títulos (116.851 publicados en 2011, lo que convierte a España en la cuarta potencia editorial del mundo, por detrás de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania). El fenómeno se repite en una buena parte de los proyectos de financiación colectiva o crowdfunding: las recompensas son tan numerosas y exhaustivas que incluso el potencial y bienintencionado mecenas acabará por dudar entre varias y optará por no decidir.

Lecciones aprendidas: priorizar ante todo
El mantra que tenemos que interiorizar como comunicadores, editores, emprendedores o autores es que nuestra oferta y nuestros mensajes tiene que ser lo suficientemente heterogéneos como para acertar con los gustos y los recursos de nuestro público objetivo, pero que la clave del éxito está en saber priorizar y en no trasladar la angustia y la incertidumbre de la elección al receptor de nuestra obra, producto o mensaje. En definitiva, no debemos olvidar que en muchas ocasiones, en más de las que pensamos, menos es más. Si lo tenemos presente, evitaremos dispersarnos y, contra todo pronóstico, tendremos muchas más posibilidades de acertar.

Escribir es pensar

El escritor Andrés Barba (izquierda) junto al cineasta Rodrigo Cortés (derecha)

El escritor Andrés Barba (izquierda) junto al cineasta Rodrigo Cortés (derecha)

¿Qué es la literatura? El escritor, ¿nace o se hace? La pregunta puede parecer obvia y absurda, pero si estás en una sala con dos autores es posible que cada uno de ellos te dé una respuesta distinta.

I think I was 40 before I realized that almost every writer of fiction and poetry who has ever published a line has been accused by someone of wasting his or her God-given talent

La cita es de Stephen King, en concreto de su libro ‘Mientras escribo’ (el original se publicó como ‘On Writing’). En él habla de cuatro tipos de escritores:

  • Los malos, que son la mayoría. Los considera la base de la pirámide.
  • Los competentes, justo por encima de ellos.
  • Los verdaderamente buenos.
  • Y por encima de todos, los Shakespeares, los Yeats, los Faulkners… Es decir, los genios.

Para King, es posible convertir a un escritor competente en uno bueno con trabajo, ayuda y dedicación, pero es completamente imposible hacer de un pésimo escritor uno aceptable. Y todavía más inalcanzable el tratar de sacar de un escritor bueno uno excelente. Estos son los límites que tiene que aceptar cualquier taller literario o escuela de escritores.

La realidad demuestra que hay éxito sin talento. Y que, a veces, el talento es contraproducente (Rodrigo Cortés)

El pasado 9 de octubre el director de cine Rodrigo Cortés y el escritor Andrés Barba debatieron sobre arte y creación en el Friends of Talent de Fundación Telefónica. Pocas definiciones del oficio de escritor son tan justas como la que dio Andrés Barba:

El talento literario es saber pensar

¿Qué más se necesita? Los defensores de que no se puede enseñar a escribir, en el fondo, lo que propugnan es que una vez que uno ha hecho una reflexión profunda sobre la realidad y sabe lo que quiere contar, dará con las herramientas para hacerlo de la forma que sea: comentando con otros autores, en libros, en talleres, a base de haber leído toneladas de libros o de intuición. No parece que estén abiertamente en contra de la enseñanza de la escritura creativa, si es enseñanza como tal y no un club social o la defensa sectaria de un determinado tipo de literatura. Lo que están tratando de decir es que la técnica sin reflexión lo único que produce es vacuidad bien escrita. Y que es mucho más difícil aprender a pensar que a escribir. Como dice Syd Field en su famoso ‘Manual del guionista’, lo más complicado de escribir es saber qué escribir.

Facebook está diseñado por una persona con muchos complejos. Aunque tú no los tengas los adquieres (Andrés Barba)

Sin caer en el pesimismo digital, lo más llamativo de este evento tan supercibernético y megaconectado es que sus talentos invitados tuvieran una relación más que distante con las redes sociales. Andrés Barba valoró Twitter como herramienta de movilización social e ironizó sobre Facebook.

Facebook naturaliza alguna de mis perversiones, porque la perversión máxima es la intimidad ajena (Andrés Barba)

En cuanto a Rodrigo Cortés, aseguró que tiene cuenta en Twitter, pero que la única vocación de su perfil en la red social es que «sea inútil a todos los efectos», que no tenga que ver con su trabajo ni con ningún tema de actualidad.
¿A qué viene tanto desapego con un fenómeno de moda global? A que escribir y crear con originalidad es pensar. La inmediatez se opone a la reflexión. Y no siempre lo que importa puede expresarse en 140 caracteres. Si no queremos una red social vacua, tendremos que aprender a respetar otros tempos y a entender que no todo tiene cabida en el mundo 2.0. Y a que lo no entra en él, también merece la pena.

Casa de Muñecas: Redes sociales, nuevas formas de creación y futuro del libro

Casa de muñecas, de Patricia Esteban Erlés

El miércoles pasado asistí a la presentación del nuevo libro de Patricia Esteban Erlés, ‘Casa de Muñecas‘, un compendio de microrrelatos en torno a las estancias de un edificio que ha ilustrado Sara Morante con gusto exquisito. Lo compré ayer mismo, así que poco puedo deciros del texto. Leer microrrelatos es como comer moras o polvorones: hay que degustarlos en pequeñas dosis para no caer en el empacho. Pero, después de haber devorado ‘Manderley en venta’, os lo recomiendo casi con los ojos cerrados. O muy abiertos. Merece la pena.

La eternidad es el infierno de los muñecos

Frases lapidarias de los muñecos asistentes aparte, lo que más interesa a este blog es el proceso creativo de este libro, cuya gestación ha empezado a incorporar redes sociales e inteligencia colectiva en estado puro. Tímidamente, eso sí. Esteban Erlés se hizo el propósito de escribir un microrrelato diario y colgarlo en Facebook para ir enriqueciendo su proceso de escritura con los comentarios de los lectores, lo que cerró un interesante y productivo bucle entre la cuentista y su público, que se convirtió en coautor después de pasar por la criba de la escritora.

Las redes sociales son un agujero sin fondo que te comen los pies y las orejas, pero también te permiten establecer relaciones laborales y personales muy interesantes y productivas

Porque, tal y como contó Esteban Erlés, hasta la ilustradora de este compendio de microcuentos era una de las seguidoras en Facebook de su experimento literario. Así que, sin quererlo, Casa de muñecas es un proyecto de crowdsourcing: Esteban Erlés puso los textos, los seguidores los enriquecieron, Morante se encargó de los dibujos y Juan Casamayor editó el conjunto. Sin darse cuenta se pusieron de acuerdo para hacer lo que mejor sabían hacer. La calidad del resultado creció exponencialmente o, al menos, ofreció derroteros creativos, ideas nuevas y sinergias que nunca habrían salido de una única mente pensante. ¿Estamos ante un cambio de paradigma narrativo? Se está produciendo poco a poco, pero parece que sí. Veamos aquí algunas de sus características.

Patricia Esteban Arlés y Sara Morante en la presentación de Casa de muñecas

Patricia Esteban Arlés, escritora, y Sara Morante, ilustradora, durante la presentación de ‘Casa de muñecas’

Autor-director de creación colectiva
El autor desaparece, se diluye o pasa a asumir funciones de coordinación o filtro de una pléyade de ideas que provienen de todas partes del mundo. Un ejemplo reciente de este nuevo paradigma de autoría colectiva es Gesamt, un desafío que el director Lars von Trier lanzó al mundo para tratar de dar con una obra maestra total.

Escritor community manager
Con la excepción de bestsellers como ‘Juego de Tronos’ o ‘Crepúsculo’, en los que las editoriales sí dedican recursos para marketing y comunicación, el escritor asume cada vez más la labor de promoción de su obra y de community manager de sus propios seguidores. Publica y vende porque tienen una comunidad que le sigue y a la que mima y dinamiza, al contrario de lo que sucedía en el pasado: que como publicaba, tenía una red infinita de seguidores. La autoedición empieza a amenazar a figuras muy interesantes y, en mi opinión, fundamentales dentro del mundo del libro, como es el caso del editor.

La cultura de lo hiperbreve
El ‘homo distraidus’ que popularizó un anuncio de Nestea no es sólo leyenda. Textos como ‘Concéntrate’ de Harriet Griffey y ‘Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?’ de Nicholas Carr ponen de manifiesto cómo el hipertexto, la conectividad permanente y las interrupciones continuas de mensajes y correos electrónicos están afectando a nuestra capacidad de concentración y nuestra inteligencia. Para empezar, cada vez nos cuesta más enfocarnos en textos largos que requieren esfuerzo y dedicación. Y las consecuencias de este fenómeno se dejan ver también en el mercado literario: predominan los bestsellers de miles de páginas, pero que se leen con facilidad porque son pura acción; y se retoma el relato y la literatura hiperbreve, que muchos consideraban hasta hace poco, de manera muy injusta, géneros menores. En realidad, este tipo de textos requieren menos tiempo de lectura, pero son ricos en significados, técnicamente muy complejos y necesitan reposo y reflexión para sacarles el máximo partido.

El libro impreso: algo más que texto
Porque incluso algo aparentemente anodino, como el soporte, también influye en cómo leemos y en lo que retenemos.

‘¿Los libros electrónicos hacen más difícil recordar nuestras lecturas?’ es un artículo publicado en la revista Times donde se indica que, de acuerdo con algunos neurocientíficos, la lectura electrónica afecta nuestra memoria, es decir, es más difícil recordar lo que hemos leído y datos como los nombres de los personajes no se mantienen tan fácilmente cuando los hemos leído a través de una pantalla.

Este extracto del post de Los Poetas del Rock reabre otro interesante debate sobre el futuro del libro en papel. Pero mientras se resuelve la cuestión de si leemos más o menos con los e-readers y de si recordamos mejor o peor lo que visionamos en soporte electrónico, las editoriales tradicionales están cuidando la edición para tratar de potenciar (y de salvar) los ejemplares en papel. El libro objeto, el libro lujo. Como es el caso de ‘Casa de muñecas’ con sus cuidadas ilustraciones, que inspiró este post sobre posibles tendencias en el mundo del libro.

Portada de Casa de muñecas, de Patricia Esteban Erlés

Páginas de Espuma edita ‘Casa de Muñecas’, de Patricia Esteban Erlés

Facebook, redes sociales y movilización offline

Mensaje mostrado en Facebook durante el experimento dirigido por Fowler

Uno de los mensajes que se mostraron a los usuarios de Facebook para invitar a los internautas a que acudieran a votar en las elecciones al Congreso de Estados Unidos del 2 de noviembre de 2010.

Hay un debate que siempre se repite en los corrillos de los que nos dedicamos al community management. Tienes que promocionar un acto para una organización para la que trabajas como responsable de redes sociales. Organizas un evento en Facebook e invitas a tu red de seguidores. Cuarenta confirman su asistencia, ocho te dicen que quizá vendrán y tú te quedas tan tranquilo porque crees que lo vas a tener a rebosar. Pero, llegado el día, te encuentras allí con 15 personas. La conclusión que hasta ahora se extraía de esto es que hay un abismo infranqueable entre el comportamiento online de un individuo y su conducta en el mundo fuera de Internet. Que lo que se uno dice que hará en la Red no tiene por qué corresponderse en absoluto con la realidad.
Ahora un estudio de la Universidad de California en San Diego, llevado a cabo por James Fowler y varios compañeros de los departamentos de ciencias políticas, psicología y genética médica, afirma justo lo contrario. Según publica Nature, nuestro comportamiento online y offline está mucho más relacionado de lo que creíamos hasta ahora. De hecho, los autores de este artículo lograron con un mensaje en Facebook que 340.000 norteamericanos, que de otro modo se hubieran abstenido, acudieran a votar en las elecciones al Congreso de Estados Unidos del 2 de noviembre de 2010. Este experimento, del que informa El País minuciosamente en una noticia publicada el 12 de septiembre, permitió al equipo investigador calcular que tan solo el 4 por ciento de los que pulsaron el botón “yo fui a votar” en la conocida red social no lo hicieron en realidad. Un porcentaje ridículo y muy por debajo de lo que se esperaba.
Pero otra conclusión muy interesante de este informe tiene que ver con la viralidad en las redes: El mensaje mostrado sin más tuvo mucha menos efectividad que cuando la invitación a votar provino de seis amigos cercanos que aseguraban que ya lo habían hecho. ¿Fallan las redes sociales o fallamos nosotros como community managers cuando queremos atraer gente a un evento o conseguir viralidad? Los internautas siguen quizá haciendo poco caso a mensajes corporativos o institucionales, de los que recelan por sistema, pero se fían de lo que les recomiendan personas cercanas.

Organizaciones como Change.org consiguen propagar sus campañas a una velocidad trepidante por la Red y movilizar a miles de personas para que apoyen sus causas, eso sí, en el ámbito enteramente online. El mecanismo es sencillo: firmas una petición para que, por ejemplo, los supermercados locales den a ONG locales la comida que tiran, e inmediatamente aparece en tu biografía de Facebook. Hay amigos que lo ven y sin más corren a firmar. También puedes invitar directamente a contactos que reciben tu mensaje para que apoyen la iniciativa. Se lo ponen todo fácil a un internauta que apenas tiene que rellenar formularios de registro ni perder más de 20 segundos en realizar todas estas operaciones.

La capacidad de adaptación implica capacidad de trabajo y de observación. Incluso los que parecen más reticentes a las redes sociales, como los personajes más famosos o los políticos, están abrazando ya estas formas de comunicarse.

Así opina Emilio Márquez en las conclusiones del Desayuno de trabajo de Networking Activo sobre Social Media porque, vistos los resultados, políticos y gobernantes deberían dejarse ver más en el mundo online. Pero el informe de Networking Activo también saca otras interesantes conclusiones para quienes se dedican a esta profesión, como que Internet es cada vez es más móvil -y las redes sociales no podrán huir de esta tendencia-. A los que dinamizamos comunidades, sólo nos queda reflexionar, evolucionary aprender de quienes consiguen éxito masivo en este medio.